4.1.14

I'm a runaway


La noche inundaba el hermoso bosque que se encontraba delante de ellos, jamás había pensado que ella, una simple chica de pueblo iba a estar en aquella situación. Huía, pero no iba sola. Escucharon pasos detrás de ellos, el más alto empezó a correr y gritó a los demás que lo siguieran, notó como alguien agarraba su mano y tiraba de ella. Empezó a correr con todas sus fuerzas, llegó un momento en el que notó como tenía el
corazón en su garganta y que si tosía iba a esculpirlo. Pararon para coger aire, ella tuvo que doblar su cuerpo para hacer que la sangre corriera con mayor facilidad, por su pequeña cabeza venían las típicas preguntas... Se arrepentía de todo y pensaba si podía solucionarlo, pero no tuvo tiempo para preguntarlo en voz alta porque nada más que se volvió a incorporar una persona puso sus manos en sus mejillas y llevó hacia atrás hasta que su pequeña espalda golpeó con un árbol. Ella llevó las manos hasta la cara de la persona que la tenía acorralada y al notar esa barba de tres días respiró tranquila.
- Lo estamos consiguiendo- susurró él.
- Si.
Su respuesta fue a penas un suspiro, mentiría si dijera que no había soñado con ese momento toda su vida y ahora que lo tenía tan cerca no se lo creía. Pasó su mano por su mandíbula y bajó hasta su cuello, el chico acercó su cuerpo contra el de ella, "quizás...." pensó ella "quizás él me necesita tanto como lo necesito yo a él" Pudo notar su cuerpo caliente en ese ambiente tan frío, tenía que admitir que estaba asustada pero entre los brazos de él se sentía en casa aunque estuviera en el sitio más incomodo del mundo. Ella ya no tenía casa, pero ahora tenía un hogar. Se preguntó por qué todavía no la había tocado como ella quería, simplemente la trataba como una muñeca de porcelana, pequeñas caricias y besos en la mejilla. ¿Temía que se rompiera? Pero ella no era tan frágil, ¿acaso no se lo había demostrado lo suficiente? ¿Acaso emborracharse esa noche no le demostró que había crecido? Ella probó las drogas por él pero ahora todo parecían intentos inútiles de demostrarle que había crecido porque él siempre la vería como una niña pequeña.
- ¿Me quieres?- preguntó.
- ¿Por qué me preguntas eso?
- Dilo, porque yo te quiero, te quise y solo Dios sabe que te querré en un futuro.
Él escondió su cabeza en su hombro, suspiró y aspiró el aroma de la chica, le gustaba su olor porque le recordaba a las ferias, tenía ese toque de algodón de azúcar mezclado con sudor. Pero aún así, él podía distinguir su olor propio, ella olía a una chica que maduró a la fuerza buscando la aprobación de una persona que había idealizado delante de sus ojos. Él quería decirle que la quería, porque lo hacía.
- Nena...- susurró.
- Extraño mi casa...
Aunque el bosque estaba oscuro pudo ver en sus ojos como se acumulaban gotas que amenazaban con salir, ¿había estado jugando con ella? Él solo sabía que no la quería con nadie más pero él no podía estar con ella. Había soñado con tocarla en lo más profundo de su ser, conocer todos sus lunares y besarlos, soñaba con ser su amante y su amigo, quería apoyarla en sus decisiones pero no podía estar para ella, como ella quería.
- Esto no va a funcionar- susurró él, pero ella lo escuchó como si gritara.
- ¿Sabes lo que más odio de las películas? - preguntó ella, pero claramente era una pregunta retórica, antes de responder limpió sus lágrimas. - Odio ese momento en el que una pareja esta hablando y uno le ha hecho daño al otro, pero se siguen queriendo como el primer día y entonces uno rompe, porque cree que es lo mejor y huye de la escena. Odio que la persona que se ha quedado parada no corra detrás del fugitivo. ¿Por qué no persigues algo que amas? ¿Por qué dejas escapar entre tus dedos un maravilloso futuro? Solo corre joder, no es tan difícil. No pienses en lo que podría ocurrir porque eso hace que te estés perdiendo los maravillosos momentos que están ocurriendo ahora. Y yo... -ella tuvo que parar porque su voz se había roto-. Yo tengo miedo de seguir corriendo porque temo que nadie corra detrás mía, que no le importe a nadie que huya... Aunque me da igual si alguien corre si esa persona no eres tú.
Ella iba a romper un llanto, pero él la paró de la forma más típica y que siempre funcionaba. La besó, calló su llanto con sus labios y su cuerpo dejo de temblar, el de los dos. En ese momento miles de sueños se hicieron realidad, él no había pensado y se había dejado llevar por sus instintos, había pensado como sería rozar sus delicados labios y ni se acercaba a lo perfecto que era. Se apartó unos segundos cuando notó lágrimas nuevas sobre sus mejillas.
- ¿Lo he hecho mal? ¿No es lo que querías? Porque estoy perdido contigo, jamás sé que hacer.
- Eso fue lo que siempre quise- susurró ella en sus labios.
- ¿Y por qué no me lo dijiste?
- Yo no sabía lo que tú querías.
- Siempre te quise a ti, solo tú. Te adoro en todos tus días, hasta cuando estas enferma y tienes tu cabello revuelto porque no tienes ganas de peinarte, incluso cuando tienes un mal día y bienes gruñona a clase. Aun que hace un tiempo no eres la de siempre.
- Quería cambiar para gustarte.
- Nena... -susurró él en sus labios, sonriendo- Siempre me has gustado y solo Dios sabe que siempre me gustarás.
Los dos rompieron en una risa de enamorados, porque es la mejor risa que existe.
- ¿Podemos dejar de huir?- suplicó ella.
- ¿No te gusta ser uno de esos amores fugitivos?
- ¿Tenemos algo de que huir?- dijo ella.
- Yo no ¿y tú?
Ella se quedó mirando el frondoso bosque y la oscuridad que lo envolvía, ¿ella tenía algo que de que huir? ¿Acaso no huimos todos de algo en nuestra vida? Pero ella no sabía de que huía hasta el momento en el que lo miró a él, sintió como tenía sus manos sobre sus caderas y la agarraba con fuerza. No tenía casa... había estado huyendo por los pasados meses sin una sola razón, solo huía porque le gustaba. ¿O porque cuando corría sentía que una parte de si misma iba por delante de la otra? No extrañaba su casa, la verdad es que extrañaba depender de algo o de alguien... Aunque solo en algunos momentos.
- Soy una fugitiva- susurró- Amo correr, amo huir, amo no tener un sitio, amo no pertenecer a nadie.
- Yo he enamorado de una fugitiva, ¿y sabes qué? Correría detrás de ti toda mi vida.

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