27.2.14

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Últimamente espero mucho de la vida y no sé si es una buena elección o es el más loco pensamiento. Estos días atrás he pensado algunas veces en que merezco ser feliz y saber aprovechar esas pequeñas alegrías que nos aporta la vida. Cosas como despertarme con un rallo de luz en mi mano, oír como a lo lejos unas ramas se mueven y agitan las hojas que cuelgan de ellas. También he pensado en que me quiero enamorar, volver a sentir la montaña rusa que es el amor, todas sus subidas y sus bajadas, quiero volver a sentir como si volara con una leve cosquilla en mi estómago y que el culpable seas tú... Y tampoco me importaría sentirme por los suelos, porque si acepto el amor lo acepto con todas sus condiciones y momentos. Aunque luego, se me pasa por la cabeza un pensamiento en el que mando lo bastante lejos a todo eso y solo veo noches de fiestas con una pésima compañía. Me gustaría despertarme en la playa, con el maquillaje corrido y los tacones en la mano, y preguntarme ¿cómo llegué aquí? Perder un poco el control de todo, con eso creo que me conformaría. Sentirme aturdida mientras solo puedo escuchar un sonido repetitivo en mis oídos, bailar y dejarme la vida allí, quiero que no me preocupe nada... pero, nada, déjalo, es solo eso, que estos últimos días he estado pensando mucho y que me gustaría disfrutar de la vida, porque solo hay una.

9.2.14

Una chica como yo.

¿Te acuerdas cuando me decías que no que te querías enamorar de una chica como yo?
Todas esas noches en las que hablamos, yo ponía mi mano sobre tu rodilla y me decías que lo nuestro jamás funcionaría, que esto era algo que se te iba de las manos porque yo era peor que la droga pura. Recuerdo cada mensaje en el que te decía que dejaría de hablarte y recuerdo tus mensajes pidiéndome que no te dejara. Jamás lo hice porque aveces sonabas como si me quisieras. 
¿Cuantas chicas besaste para olvidar el sabor de mis labios? ¿Encontraste alguna que me superara? Sé que echas de menos esas tardes en las que nos quedábamos a solas en mi casa y la luz se iba, sé que quieres volver a sentir mi mano fría sobre tu espalda caliente, sé que amabas nuestros bailes nocturnos en los días de lluvia. Sé que conmigo te sentías como si estuvieras vivo porque yo te daba la vida. 
Sé que intentabas pasar de los comentarios de los demás y te convencías diciéndome que no había nada que te atara a mi, pero recuerdo cuando corrías hacia mi en la playa salpicándome y cuando caímos a la arena, tú encima de mi y yo debajo de ti. Las olas fueron las sabanas que taparon nuestros cuerpos desnudos. Fui tu peor remedio y te daba jaqueca. Sé que rogabas a los Dioses que despareciese de tu vida pero cuando aparecía en tu casa con una botella de mi padre la bebíamos hasta al fondo y sacabas tu lado salvaje. Me encantaba dejarte marcas por todo tu cuerpo de una forma en la que supiera que eras solo mio.
Sé que no quieres enamorarte de una chica como yo, pero tus ojos brillaban de una forma diferente cuando me veías. Lo siento chico, no lo hice aposta pero te has enamorado de mi y tienes que asumir las consecuencias.


Te gustaban las cosas dulces y las chicas duras como yo. Te encantaba la forma en la que te llevaba al cielo con solo un beso y asúmelo, cada vez que me ibas me querías de vuelta.