20.1.14

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La única promesa que quiero escuchar es esa en la que me prometas que la soledad será solo una palabras no mi sentimiento diario. Quiero que me prometas que no me produciré más dolor y que todo será paz, quiero oírtelo decir para así yo poder creérmelo. ¿Tanto cuesta prometerme que ya no lloraré más? Que podré pensar con claridad, hazlo ¡por favor! Necesito que lo hagas para ver que alguien confía en mi.
Por que yo ya no lo hago...

No tengo miedo a decirte que me volví a perder, que la luz se volvió a alejar... y te juro que la llegué a tocar con los dedos. No puedo ver como el mundo se rompe en pedazos y yo seguir sonriendo, no puedo, lo siento. Quisiera poder correr a tus brazos cálidos y que me tranquilices, quiero dejar de temblar, joder, quiero dejar de sentir miedo. No puedo respirar, pero las lágrimas bajan con facilidad. Y el silencio que me rodea es roto por mi llanto. Prométeme que alguien encenderá el interruptor de mi mente y que la oscuridad se irá, dime que ese alguien llegará, porque no puedo encontrarme por mi misma. 
Te puedo decir que hoy quise que cada segundo fuera el último, ¿y por qué no lo fue? Dime por qué, porque sigo respirando si en mi más profundo ser anhelo el sueño eterno. 
Lo intenté, cogí aire y lo expulsé pero las palpitaciones de mi corazón no cesan y ojala fuera porque te veo, pero no es así, mi corazón late rápido porque quizás esta aprovechando sus últimos momentos. Todo carece de sentido, todo es un nada continuo. Mi mundo se convierte en la película de terror que siempre temí, llegó el día en el que puedo decirte que nada es como antes, que la niña de ojos risueño me abandonó... Dile que vuelva y me prometa que no se irá, que ella me quiere como yo la quiero, que me extraña... como yo la extraño. 
La oscuridad envuelve mi ojos, dejándome ciega, ojala pudiera hacer lo mismo con mi corazón para no sentir nada. 

En días como estos te extraño, porque por lo menos me producías algo, aunque fuera dolor, pero era dolor del bueno.

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